Me estoy perdiendo a mi misma...

En cuanto me dí cuenta de aquel detalle, aquel mísero detalle, todo mi mundo se paró en seco, tan solo para aceptar aquel detalle, que acababa de cambiarlo todo. Darme cuenta de eso, supuso volver a buscarme a mi misma, buscarme en todos los sitios en los que había estado hacía poco tiempo. Y al final, me encontré en el sitio menos esperado, en el que hacía bastante tiempo que no visitaba. Y entonces me dí cuenta, de que me había quedado atrapada en tus brazos, entre tu abrazos fuerte y protector. Y entonces advertí, que aquel era el único sitio en el que quería estar, y que por eso estaba cambiando. Estaba cambiando para sobrevivir, porque mi antigua yo no era capaz de vivir ahora alejada de tu abrazo. Y aunque no me gustaba cambiar, a nadie le gusta perderse, era, más bien, una necesidad urgente.