lunes, 3 de febrero de 2014

Relato parte 4

- ¿Qué pretendes que te diga? ¿Qué te extraño, que te echo de menos? Todo eso ya lo sabes. Pero me niego, me niego a volver a caer. Prefiero mil veces vivir con esta pena que me invade por dentro cada vez que te veo y sé que no eres mía, que volver a pasar por todo aquello. Lo siento, no puedo.
-¿Ni siquiera por amor? Siempre supe que eras un cobarde, pero todo el mundo decía que por amor se rompen todas las barreras. Yo todavía tenía esa esperanza…
- Lo intenté, sabes que lo intenté, de todas las maneras posibles. Pero ese mundo, tu mundo… Es demasiado para mí, demasiado para cualquiera que no haya crecido en él. Sabes que por ti lo intenté, que lo intentaría miles de veces, pero siempre saldría el mismo resultado. Lo siento, de veras lo siento.
- Sabes que eso a mí me vale, aunque no sea lo que esperaba. Pero a ellos… A ellos no. Ellos te querían dentro, o fuera, sin tener si quiera conocimiento de su existencia. Ahora que conoces sus secretos, tratarán de hacerte desaparecer del mapa. Hasta ahora has tenido tiempo, pues tu convalecencia, y tu incapacidad para salir de casa, hicieron que no supusieras un problema realmente grave. Pero, de ahora en adelante, estás solo, y con la marca de la muerte pintada en la espalda. Ellos no te dejarán seguir con vida. Mi consejo es que huyas, sin mirar atrás. Vuelve a tu apartamento, coge lo que necesites y, simplemente, huye. No pienses un destino, coge el primer tres, autobús, avión, lo que sea. No pases demasiado tiempo en ningún lugar, no será seguro si lo estableces como tu residencia. Ellos tienen muchos métodos para eliminar a sus enemigos, y tú ahora mismo eres el que encabeza la lista. Yo trataré de ayudarte desde aquí, pero no prometo nada, no deben descubrir que he quedado contigo…
- Gracias por los consejos, trataré de cuidar de mí mismo. Tú trata de cuidarte también. ¿Un beso de despedida? Tal vez el último, espero que no…

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