Supongo que ya se acabó todo eso. Las despedidas cuquis, las sonrisas que solo tú eras capaz de sacarme cada mañana, esos mensajes de buenos días que hacían que el mundo fuese mejor, al menos durante un rato. Se jodió todo. Sé que ya nada va a volver a ser como era, que ya no puedo esperar unos buenos días, ni un te echo de menos, si quiera un te quiero. Tu mismo lo dices, aunque no con estas palabras. Esta vez no es culpa mía, yo lo di todo, y la jodiste tú. Esta vez no me siento mal, ya se que el chico que me despertaba cada mañana desapareció.
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