Somos del mismo material del que se tejen los sueños. Blandito, esponjoso, bonito, sufrido, pero a la vez la cosa más frágil que te puedes imaginar. De colores, de todos los que ya existen, de los que nos imaginamos, y de los que ni siquiera nosotros somos capaces de imaginar. Están hechos de cosas malas, y también de cosas buenas. De imaginación, de amor. De emociones.
Pero, ante todo, de sueños.
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