domingo, 15 de enero de 2012
La única batalla que se pierde es la que se abandona.
Nunca debemos dejar de luchar. Por lo que queremos, lo que deseamos, o lo que soñamos. O simplemente por luchar, por tener algo en lo que creer, algo por y para lo que vivir. Nunca debemos abandonar una lucha, tengamos las de ganar o las de perder. Lo importante es estar ahí. Es darte cuenta de que eres capaz de aguantar hasta el final. Darte cuenta de que ganes o pierdas puedes sentirte orgullosa de ti misma, porque has seguido hasta no poder más, hasta que la fuerza se ha ido de tu cuerpo, y no puedes ni tenerte en pie. Entonces será porque has ganado, aunque no esa batalla, pero habrás ganados más fuerzas. Nunca abandones. Siempre queda algo por lo que luchar.
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