Incapaz de odiar
Después de todo lo que ha pasado, después de todas las rayadas, y de todo el tiempo perdido, sigo sin ser capaz de odiarte. Y lo peor es que se que, por mucho que lo intente, voy a seguir queriéndote, porque no puedo evitarlo, porque puse en juego demasiado corazón, y acabé perdiendo. Pero de los errores se aprende, y empezaré a dejar de poner el corazón en todo lo que hago, por temor a perderlo.
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